Elemento diferencial de nuestra Alimentación Mediterránea, su ingesta moderada diaria favorece el aprovechamiento de sus componentes beneficiosos para la salud. Como nota orientativa, indicar que la cantidad de vino al día que los expertos consideran que puede ser beneficiosa se sitúa en torno a los 100 ml de vino al día, medida que puede variar en función de las características fisiológicas de cada individuo. Las propiedades saludables de este “zumo” de uva fermentada, se atribuyen a sus diversas características organolépticas. Efectos positivos que se suelen asociar, en mayor medida, con el vino tinto, debido a que contiene en mayor proporción unos pigmentos y taninos, o compuestos fenólicos, con efecto antioxidante, a los que se atribuye ciertos beneficios para la salud cardiovascular. De hecho, existen estudios que demuestran que las tasas de mortalidad cardiovascular son menores en los países que consumen vino habitualmente, como por ejemplo los de la cuenca mediterránea, (siendo la excepción, los del norte de África, en los que el Islam es la religión predominante). El sector vitivinícola andaluz cuenta con una arraigada tradición en nuestra comunidad aútonoma: entre las primeras DOPs andaluzas, creadas en 1932, se encuentran cinco de las siete de vino que existen en la actualidad: “Málaga”, “Jeréz-Xérès-Sherry”, “Manzanilla - Sanlúcar de Barrameda”, “Montilla-Moriles” y “Condado de Huelva”. Posteriormente, se sumarían a ellas las DOP “Sierras de Málaga”, “Granada” y la Denominación de Origen (DO) “Lebrija” . El vino es, junto al AOVE, uno de los productos que mayor número de menciones de calidad aglutina en nuestra comunidad autónoma. En total, 25 (7 DOP, 1 DO, 16 Vinos de la Tierra con IGP, y 1 Indicación Geográfica de Producto Vitivinícola Aromatizado (IGPVA).