Biblioteca de la Gastronomía
Tradicionales

Caracoles en colorao

27 Julio 2023
Receta de la provincia de
Huelva
Autor
Remedios Rey de las Peñas
Preparación
45 min
Lectura
1 min
Comensales
4 personas
Primavera
No
Otoño
No
Verano
No
Invierno
No
Desayuno
0
Picoteo
0
Almuerzo
0
Merienda
0
Cena
0

Referencias

La antigüedad del caracol en la dieta humana se remonta a la Edad del Bronce, al menos 1800 a. C., basándose en fósiles encontrados. Pero parece ser que fueron los romanos, los que explotaron sus propiedades alimenticias llegando incluso a crear lugares para criarlos denominados cochlearium. Plinio el Viejo dejó escrito que Fulvius Hirpinus instaló una granja para la cría de caracoles en Tarquinia, sobre el año 50 a. C.

Los romanos consideraban que los caracoles eran un remedio importante para varias enfermedades y, entre ellas, las del estómago, según contaba Plinio el Viejo (23-79) en su Historia Natural.

La cocina tradicional de Huelva es muy aficionada a los caracoles. Son múltiples las recetas consideradas como un manjar. Pequeños o de tamaño medio por lo general, son cocinados en diferentes salsas picantes o incluso en sopas,  A los grandes se les denomina en Huelva cabrillas. Esta receta es un plato de lujo de la Sierra de Huelva.

En Huelva existe un criadero de caracoles de la especie Helix Aspersa (Bover, Burgao) en el municipio de San Juan del Puerto. Se dice que es un producto de verano ya que la recogida silvestre limitaba que se pudiera comer en otra época del año. Pero actualmente los caracoles de granja están disponibles durante todo el año.

Ingredientes

  • 1Kg Caracoles o de cabrillas
  • 5 ó 6 Cucharadas de aceite
  • 6 ó 7 dientes de ajo
  • 1 Migajón grande de pan
  • C.S. Pimentón molido picante
  • Unos granos de pimienta negra
  • 1 Taco de jamón de montanera
  • 1 Hoja de laurel
  • 1 Pimiento chile
  • ½ Vaso de vino del Condado

Elaboración

Una vez que se ha procedido a limpiar los caracoles -o las cabrillas- se reservan.

En una sartén con un poco de aceite de oliva se refríen los dientes de ajo, una punta de pimiento chile y el migajón de pan. Se retira la sartén del fuego se añade el pimentón molido y los granos de pimienta negra. Con todo ello se hace un majado. Este majado se pone en una cazuela de barro, se añade un poco de agua y un chrorreón de vino del Condado. Cuando hierva, se baja el fuego y se añaden los caracoles junto con taquitos de jamón de montanera, con más tocino que jamón (las zonas más próximas a las pezuñas son ideales) y la hoja de laurel. Se deja hervir hasta quedar trabada la salsa. Una vez desprendida el agua de los caracoles se sirven calientes.