¿Por qué lo hacemos?
La Dieta Mediterránea representa uno de nuestros activos culturales más valiosos, tal y como avala su declaración en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Un hito en cuya consecución desempeñó un papel clave este Instituto, partiendo esta iniciativa de las primeras jornadas internacionales Encuentros en el Mediterráneo en 2005, recopilando firmas de apoyo de ciudadanos, asociaciones e instituciones y aportando el estudio que sirvió de base para defender la candidatura del modelo de Alimentación Mediterránea a ser incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Este reconocimiento conlleva la responsabilidad de erigirnos en los guardianes de este importante legado de nuestra cultura y tradición, preservado a través de generaciones y que corre el riesgo de perder su esencia en un mundo cada vez más globalizado.
Asimismo, la protección de nuestra Dieta Mediterránea nos ofrece la oportunidad de fomentar el consumo de alimentos andaluces, productos agroalimentarios y pesqueros de temporada y cercanía, o Km 0, en línea con un modelo de alimentación que no sólo es saludable, sino también sostenible.