Morcilla caraja con tomate
Referencias
La morcilla caraja es una de las formas más simples de morcilla, por regla general más gordas y cortas que las que acostumbramos a ver en las charcuterías. Ésta se realiza exclusivamente de sangre de cerdo muy especiada, embutida en su tripa y cocida, sin trozos de tocino, ni cebolla, ni manteca colorá como son algunas de las especialidades malagueñas.
En Antequera y su comarca se le llama caraja como en otros pueblos de la comarca; no obstante, en Ronda, Cuevas de San Marcos y otros pueblos del Norte de la Provincia se le conoce por morcilla lustre, al igual que en Los Blazquez o Torrecampo (Córdoba) Encinosola o Trigueros (Huelva) donde también se hace con cordero y otros pueblos andaluces, además de en Higuera la Real (Badajoz).
Esta receta es, como la propia morcilla, todo un alarde de sencillez, un plato agradable, sustancioso, fácil de ejecutar y barato, capaz de resolver el almuerzo de una familia.
Elaboración
Se corta la morcilla en rodajas de unos 2,5 cm y se fríe en una sartén un poco de aceite, procurando darles la vuelta para que se hagan por los dos lados y, una vez fritas, se aparta la morcilla y se reserva.
En la misma sartén se pocha la cebolla, cortada a cuadraditos. Una vez dorada, se le añade los tomates, previamente rallados, se sazona y se deja hacer hasta obtener una salsa de tomate frito.
Cuando la salsa está casi lista, se le incorpora la morcilla, se le da un hervor, se rectifica de sal y se aparta.
Conviene que repose un poco antes de servir.