Popularmente asociado a elaboraciones tradicionales como compotas, mermeladas, o la conocida como “carne de membrillo”, el membrillo es una fruta muy versátil pero todavía bastante desconocida. 

Esta fruta otoñal no suele consumirse al natural, porque su carne resulta demasiado áspera y ácida. Por dicho motivo suele degustarse en elaboraciones diversas que resultan tan deliciosas como nutritivas y saludables.

El membrillo cuenta con un alto contenido de agua (más de un 80%), fibra, minerales y vitaminas que lo convierten en un excelente aliado para nuestro organismo.

Entre los beneficios de su ingesta destacan:

• Sus propiedades astrigentes, que ayudan a cortar la diarrea y evitar la deshidratación provocada por los vómitos. Es muy beneficioso para fortalecer los estómagos delicados.
• Las pectinas del membrillo reducen la absorción intestinal del colesterol, complementando la función depurativa del hígado.
• Su alto contenido en potasio favorece el buen funcionamiento de músculos y transmisores nerviosos, evitando los incómodos calambres y contracciones musculares.
• El membrillo contiene antioxidantes que previenen el envejecimiento prematuro, manteniendo la piel joven y reduciendo la aparición de arrugas. Estos antioxidantes también influyen favorablemente en el sistema cardiovascular, y mejoran la circulación sanguínea.
• La fibra dietética que aporta el membrillo ayuda a un mejor funcionamiento del sistema gastrointestinal que favorece la pérdida de peso. Además, evita la inflamación intestinal y la formación de divertículos, pues protege las mucosas intestinales.

Al margen de sus múltiples propiedades saludables, esta fruta constituye un ingrediente que da mucho juego en la cocina. Aunque más conocida por sus usos en repostería, consumiéndose generalmente como postre, en el desayuno o la merienda, también combina a la perfección con carnes grasas en el horno, donde se puede caramelizar usando miel. Cuando la utilizamos como dulce de membrillo es buen acompañante del foie y de quesos tanto cremosos y suaves (caso de los quesos frescos), como grasos y de sabor potente (quesos azules, tipo cabrales o roquefort, o quesos de oveja, ya sean curados o semicurados). Asimismo, la carne de membrillo es el complemento ideal para ensaladas de frutas y quesos.  

En el siguiente documento de descarga, recogemos algunas de las razones por las que se aconseja el consumo de este producto: