IEAMED: ¿Sabías que... la Dieta puede ayudarte con los síntomas provocados por el cambio de estación?
¿Sabías que... la Dieta puede ayudarte con los síntomas provocados por el cambio de estación?

¿Sabías que... la Dieta puede ayudarte con los síntomas provocados por el cambio de estación?

 

Fecha 08-05-2020

 

Practicar la Dieta Mediterránea ayuda a combatir los efectos molestos de los cambios estacionales ¿Sabes cómo?

 

Los cambios estacionales provocan modificaciones importantes en nuestro organismo; algunas saltan a la vista como sequedad en la piel y en el cabello o los molestos picores, y otras son menos evidentes, como los cambios digestivos y trastornos del sueño como el insomnio. Todos estos síntomas pueden atenuarse siguiendo un modelo de alimentación saludable como es la Dieta Mediterránea, incorporando a nuestra cesta de la compra aquellos alimentos que constituyen sus pilares fundamentales, como aceite de oliva, frutas y hortalizas frescas y de temporada, cereales, o legumbres, entre otros. Y si son productos locales y cercanía, mucho mejor, ya que si por algo se precia nuestra comunidad autónoma es por la calidad y excelencia de sus productos agroalimentarios y pesqueros.

Cuando el invierno se va suavizando, dando paso a la primavera, nuestro organismo genera ciertos cambios, derivados de la adaptación a la nueva estación. Algunos de esos cambios son el aumento de serotonina y cambios en la microbiota o flora intestinal, la responsable de que podamos digerir de manera adecuada los alimentos, lo cual logra alterando la concentración de microorganismos. La sensación de cansancio o debilidad física, así como la reducción en la capacidad de concentración son también síntomas frecuentes de ese cambio estacional, sobre todo en las primeras semanas. Y, aunque puedan parecer triviales, sin embargo, a muchas personas les puede provocar estrés emocional. Para combatir estos altibajos físicos y emocionales, el mejor remedio es nutrirnos bien con alimentos frescos y de temporada, que constituyen la base de la Alimentación Mediterránea.

Los alimentos de temporada tienen la capacidad de aportar los nutrientes fundamentales para cada época del año, y la responsable de la gestión y absorción de esos nutrientes es la microbiota que, como se está demostrando, está íntimamente relacionada con el bienestar y la prevención de múltiples enfermedades. Disponer de los nutrientes correctos constituye una de las piezas claves para el buen funcionamiento de todos los órganos y del complejo sistema común a todos ellos. Los nutrientes biodisponibles en los alimentos se pueden clasificar en: de deficiente o de alto valor nutricional, lo que dependerá en gran medida de la calidad de los productos presentes en nuestra cesta de la compra.

En esta época del año necesitamos especialmente un extra de Omega 3, disponible sobre todo en pescados, mariscos y semillas como el lino. Estos ácidos grasos aseguran una buena comunicación neuronal, entre otras muchas funciones y, junto con el magnesio y la vitamina B6, presentes en legumbres, frutos secos y cereales integrales, actúan sobre el equilibrio del sistema nervioso.

Por otra parte, los minerales antioxidantes, como el zinc o el selenio, y vitaminas como la E combaten el carácter oxidativo del envejecimiento natural de las células, así como el provocado por el estrés. Para la mejora de nuestro sistema inmune podemos recurrir al consumo de frutas, verduras y encurtidos. Para contrarrestar los síntomas de resfriados y alergias contamos con alimentos ricos en vitamina C, como limones, naranjas y miel.

La ingesta de comida desequilibrada, de alto contenido calórico, contribuye al estrés nutricional, término que alude a la falta de nutrientes a nivel celular. Ser conscientes de este desequilibrio nutricional; aprender a elaborar un menú semanal que integre productos frescos, locales y de temporadas, que son los que ofrecen más garantías para nuestro organismo, y prever los tiempos de cocinado, ayudan de forma eficaz a mantener una dieta saludable.

Bibliografía:
• El cambio de horario y la salud. Rolando Collado-Ardón y cols. Rev FacMed UNAM Vol.44 No.5 Septiembre-Octubre, 2001