¿Sabías que... los productos del mar tienen sus temporadas y son uno de los pilares de la Dieta Mediterránea?
Pescados, mariscos, moluscos, algas... el mar ha marcado la forma de vida en el Mediterráneo.
Las delicias del mar también tienen sus temporadas, al igual que los alimentos terrestres. En el Mediterráneo, por ejemplo, la temporada de
bacalao fresco es desde finales de otoño hasta el final del invierno, la sardina es de los meses sin “r”, es decir primavera/verano (mayo, junio,
julio y agosto) y la caballa, un pescado propio del verano, ya que en invierno permanece en el fondo del mar, sin alimentarse. Los crustáceos y
moluscos tienen su consumo optimo en los meses con “r”, es decir lo contrario a la sardina, de septiembre a abril, ya que desde mayo a agosto
la mayoría se encuentran en su ciclo reproductivo, por lo que presentan peores condiciones nutricionales y culinarias.
Los productos del mar protagonizan múltiples recetas, desde crudos a conservas, al vapor, en paellas, al horno, en guisos...y es que desde los
asentamientos humanos más tempranos se conservan restos evidentes de su consumo.
Los alimentos marinos son uno de los pilares de la Dieta Mediterránea: pescados, crustáceos, moluscos y algas constituyen una fuente
importante de elementos esenciales para el correcto desarrollo y funcionamiento de nuestro organismo. Presentan cualidades como los ácidos
poliinsaturados del pescado, sobre todo el Omega 3, especialmente beneficioso para todo el entramado del sistema cardiovascular, otorgando a
las paredes arteriales mayor flexibilidad y reduciendo los niveles de triglicéridos. Contienen proteínas de fácil digestión, y presentan un conjunto
de vitaminas y minerales muy interesantes y asimilables, destacando de forma genérica las vitaminas del grupo A, B y D, así como el aporte de
ciertos minerales como son el sodio, potasio, magnesio, fósforo, hierro, selenio, calcio y yodo, este último, esencial para el correcto
funcionamiento de la glándula tiroidea.
Es importante que valoremos y cuidemos este hábitat que alberga tanta biodiversidad, amortigua el cambio climático, contribuye a
descontaminar el aire que respiramos, aporta oxígeno y calma el alma al contemplarlo. Bajo esas aguas hay mucha vida, y su calidad de hábitat
es directamente proporcional a nuestra calidad de vida.
Desde el IEAMED proponemos contribuir al cuidado y respeto a los mares y océanos, realizando una compra responsable, dedicando unos
segundos a mirar las etiquetas de los alimentos expuestos en la pescadería de nuestro barrio y apostando siempre por el producto andaluz y de
cercanía.
Merece la pena tener en cuenta algunos pequeños hábitos para contribuir, dentro de nuestro papel de ciudadanos andaluces, con el objetivo de mantener un Mediterráneo saludable, fuente de alimentos y recursos medicinales y parte esencial de la biosfera.
Bibliografía:
Nutritional Value of Fish: Lipids, Proteins, Vitamins, and Minerals. Sarvenaz Khalili Tilami &Sabine Sampels ORCID Icon. Pages 243-253 |
Published online: 29 Nov 2017.
Guía de la Alimentación Mediterránea. Instituto Europeo de Alimentación Mediterránea. MA-1448-07
https://www.un.org/es/events/oceansday/index.shtml
https://pescadodetemporada.org/